El pasado 10 de mayo, en París, en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se presentó el informe de investigación “Las Dimensiones Ocultas de la Pobreza”, en el que se cuestiona profundamente la concepción global de la naturaleza de la pobreza. El estudio, realizado en seis países y con la participación de
personas con experiencia de vida en precariedad y exclusión, profesionales y académicos, demuestra que son nueve las dimensiones (y no las tres habituales: privación material, falta de atención sanitaria y bajo acceso a la educación) que deben tenerse en consideración si se quiere medir adecuadamente la pobreza y diseñar estrategias exitosas para luchar contra ella.

La pobreza es vivir con miedo

La investigación se ha marcado el objetivo de «poner a las personas y no la falta de posesión» en el centro del debate sobre la pobreza. Así, reconoce que la pobreza se experimenta ampliamente a través de emociones e identifica tres aspectos centrales en lo que supone la experiencia de pobreza:
• sufrimiento en el cuerpo, corazón y mente
• lucha y la resistencia
• desempoderamiento

« El objetivo es poner a las personas y no la falta de posesión en el centro del debate sobre la pobreza »


Abdellah Bendjaballah, militante Cuarto Mundo y miembro del equipo
de investigación en Francia, explicó en su intervención en la conferencia de la OCDE que: «La pobreza es vivir con miedo, miedo a lo que pasará al
día siguiente, miedo de perder lo que se tiene: casa, trabajo, alimentación,
comida, documentos. Todas esas cosas pueden rápidamente convertirse
en un infierno».
Tom Croft, coinvestigador del equipo del Reino Unido, habló de una madre que explicó que, si el Estado retira la custodia de un niño en razón de su situación de pobreza, «se reconoce la acción pero no el sufrimiento», ni tampoco lo que las personas hacen «para superar el sufrimiento y trabajar juntos. Son dos caras de la misma moneda».

Dimensiones relacionales de la pobreza

En la investigación se señala la importancia de tener ingresos inadecuados e inseguros, la falta de trabajo decente, así como privaciones sociales y materiales, pero también identifica tres dimensiones relacionales que afectan a todas las personas a la hora de conformar su experiencia de la pobreza. En primer lugar, la dimensión de maltrato social describe la forma negativa en que se percibe a las personas en situación de pobreza y son maltratadas, ignoradas y desatendidas por los demás. En segundo lugar, el maltrato institucional describe la incapacidad de las instituciones políticas, a través de sus acciones u omisiones, para responder adecuada y respetuosamente a las necesidades y a la realidad de las personas en situación de pobreza. En tercer lugar, las sociedades siguen sin reconocer el conocimiento, las aptitudes y la contribución social de las personas en situación de pobreza. Un participante de la investigación en EE.UU. lo resumía así: «quien eres se define por lo que tienes. Cuando no tienes mucho, no eres nadie».

« Quien eres se define por lo que tienes. Cuando no tienes mucho no eres nadie »

El director de la OCDE puso de manifiesto la importancia de la interrelación entre las nueve dimensiones identificadas y concluyó que: «La investigación ha arrojado luz sobre las dimensiones de la pobreza, las partes que no vemos de manera evidente, que no se ven con facilidad: el estigma, los prejuicios, la discriminación de las personas que viven en situación de pobreza; los problemas y obstáculos que regularmente afrontan, cómo se trata a las personas pobres, su grado de aislamiento o de desempoderamiento y todo lo que hacemos para que se sientan desempoderadas y aisladas». También se comprometió, en nombre de la OCDE, a «trabajar duramente para captar las dimensiones intangibles y perniciosas de la pobreza como el desempoderamiento y el estigma y para promover el establecimiento de herramientas estándares de encuesta familiares y sociales necesarias para establecer medidas integrales contra la pobreza».