El pasado 27 de enero, Philip Alston, Relator de extrema pobreza y derechos humanos de Naciones Unidas, inició su investigación en España con una reunión con diferentes entidades que formamos parte de la Plataforma RMI Tu Derecho. Su propuesta fue clara, quería escuchar a las personas afectadas por la gestión actual de la Renta Mínima de Inserción en la Comunidad, entender los problemas que encuentran con esta prestación y las consecuencias que tiene en sus vidas.


Y así pudo descubrir algunas historias que representan bien lo que está pasando actualmente:


… Más de 1 año pidiendo la RMI, tratando de responder a solicitudes de documentación, agotando las fuerzas en el camino mientras su situación vital se hace cada vez más y más precaria… Como les pasa a tantas otras personas a las que se marea con trámites que no parecen acabar y que, si llegan a cobrarla, es tras muchos meses de esfuerzo.


… Buscaba un trabajo, una oportunidad para volver a levantar la cabeza, pero al intentar aprovechar una oportunidad que se terminó esfumando se encontró con la penalización de perder también la RMI… Como tantas otras personas que ven como el sistema de gestión de esta prestación te castiga si te lanzas a trabajos precarios y temporales, en vez de apoyarte para encontrar empleo.


… Siempre le dijeron que no empadronara a sus hijos en casa porque le podrían reducir o incluso quitar la RMI, ya que la solidaridad está penalizada. Y así ha sido finalmente, aunque a ella ni siquiera le han explicado bien las razones de manera que pueda defenderse… Como tantas otras familias que reciben cartas en un lenguaje incomprensible, en las que lo único que se entiende es la condena de extinguirle la prestación que cobra para su subsistencia, pero no los argumentos con los que se les acusa.


… Tres meses más tarde de que le quitaran la Renta Mínima recibió la carta que le explicaba las razones para ello. Le pedían que diera pruebas de que su marido ya no se dedicaba a la chatarra, aunque cuando sí que lo hacía enseguida corrieron a descontarle dinero, sin necesidad de más justificantes. ¿Cómo se justifica que ya no chatarreas?… Así les pasa a muchas personas, tratadas como defraudadoras sin que haya posibilidad de defenderse


Muchos caminos que conducen a una realidad común: la del no poder asumir los gastos diarios de subsistencia, pero también la de encontrar de repente nuevos gastos al perder otras ayudas, como la beca de comedor infantil o la financiación de medicamentos. Y, más allá de eso, la sensación de ser siempre puesta en cuestión, como alguien a quien en vez de apoyar para salir adelante hay que controlar como si fuera un peligro social.


En el dialogo posterior con el relator, nos manifestó su sorpresa por los trámites y papeleos que conlleva la RMI, más propios de siglos anteriores. Tuvimos que explicar cómo esto no es por que haya pocos medios, ya que sí que hay mucha información centralizada y digitalizada. Pero se usa principalmente para controlar, para buscar los pequeños errores y justificaciones que puedan dar pie a quitarle a alguien su prestación. Mientras tanto, se piden papeles y más papeles que justifiquen lo que la administración ya sabe, como queriendo agotar a las personas que la solicitan. 


Al final del encuentro, Philip Alston agradeció el esfuerzo realizado sobre todo por las personas afectadas que hablaron, reconociendo que no es fácil hacerlo y comprometiéndose a tomar en cuenta lo escuchado de cara a las recomendaciones que presentará al final de su visita a Madrid, el día 7 de febrero.