Estas son las tres ideas fundamentales sobre este tema que surgieron del trabajo de evaluación:
- Estamos en situación de crisis, pero a varios niveles: crisis económica, crisis de confianza, crisis de valores (muy relacionada con el consumismo), crisis de compromiso, crisis de dignidad, crisis de esperanza…
- Esta situación profundiza aún más nuestra tendencia como país a centrarnos en el presente, sin mirar hacia el pasado (no se reconoce ni recuerda la historia de pobreza generalizada que ha tenido España hasta hace muy pocos años), ni hacia el futuro (lo que afecta de manera especial a la juventud, sobre todo a quienes menos oportunidades formativas han tenido).
- Al mismo tiempo, en esta situación de crisis a diversos niveles han aumentado los obstáculos a los que se enfrentan quienes tienen una vida más difícil y las desigualdades económicas y sociales.
- En nuestro país existe mucha diversidad (de culturas, de lenguas, de orígenes, de situaciones sociales, etc.) y hace falta reconocerla. No nos podemos cerrar a una sola realidad.
- Es necesario reconocer la manera de resistir y luchar de la gente para salir adelante en nuestro país. Esto es posible con el apoyo de la familia principalmente, pero también de otros con los que se establece una relación sólida.
- En este sentido, resalta el papel de los hijos como motor y estímulo para seguir adelante, sobre todo cuando las cosas se ponen más difíciles: «No quiero que mis hijos pasen por lo que yo he pasado», nos dicen muchos padres y madres en situación de pobreza.