Un año que se va, otro año que viene. Un momento para celebrar y también para reafirmar nuestro compromiso para seguir luchando frente a la injusticia y la violencia de la miseria, con tres ideas clave para no dejar a nadie atrás.

Dar testimonio de la resistencia de las personas más pobres

“Que tus hijos puedan decir ‘nuestro padre ha luchado por nosotros, por un cacho de pan, por un cacho de techo. Se ha mojado. Ha pasado hambre, frío, pero nosotros no“, A.

A. nació en una chabola y durante su infancia su familia tuvo que mudarse en muchas ocasiones, a veces en pos de una oportunidad mejor de alojamiento; en otras, expulsada de su último refugio. El barro, el frío y la inseguridad marcaron todos estos años hasta bien entrada su juventud y en esas circunstancias nacieron sus hijos. Ahora, pese a haber sido realojados, las dificultades continúan. Pero él se niega a darse por vencido. Sigue en pie, luchando día a día por sobrevivir con dignidad, por construir un futuro diferente para los suyos, para que sean reconocidos como miembros de la sociedad, al fin, de pleno derecho.

Reconocer la dignidad

“Somos personas, pero a veces nos tratan peor que a perros“, M.

M. siempre se ha sentido pobre, pero no solo por no tener dinero. Se siente pobre por la desconfianza que otras personas le muestran, por la manera en la que muchos profesionales (trabajadoras sociales, educadoras, médicos) la tratan, como si fuera una niña o una incapaz, por el ninguneo que recibe desde las instituciones, que hacen y deshacen sobre su vida sin consultarle ni tener en cuenta su situación real. El mensaje le ha llegado siempre claro: molesta en todas partes, no hay un buen lugar en el que pueda situarse al lado de otros seres humanos. Sin embargo, ella se siente una persona tan digna como las demás, tan merecedora de respeto como los otros. ¿Nadie más se da cuenta?

No dar la espalda a nadie

“Sabía que vendríais“, R.

Eso nos dijo R. al vernos por vez primera en su nuevo barrio, a 30 kilómetros de su casa anterior. Desde que conocemos a su familia, muchos nos han cuestionado sobre nuestra presencia a su lado, empujándonos a darla por perdida (debido a que varios de sus miembros tienen diferentes grados de discapacidad) o a juzgarles por sus errores (especialmente al padre, por sus problemas con el alcohol). Pero seguimos buscando cómo apoyar para que puedan avanzar y sentirse reconocidos como personas capaces también de aportar y construir en positivo. Porque dejarles de lado sería asumir que hay situaciones en las que la vida digna no es posible. Y eso no lo podemos aceptar.

Un año que se va, otro año que viene. Compromisos que se suman y se sostienen a lo largo del tiempo, y que puedes apoyar asociándote a nuestra movimiento (puedes hacerlo rellenando el siguiente formulario de asociación), o participando en la campaña #SumaySeguimos (puedes pedirnos artículos rellenando el siguiente formulario de compra)

¡¡¡Felices fiestas, feliz año, feliz compromiso!!!