Una pequeña guía sobre cómo abordar la acción comunitaria en estos momentos de emergencia sanitaria y social, elaborada en colaboración entre miembros de la Escuela Andaluza de Salud Pública y ATD Cuarto Mundo
Por: Mariano Hernán García y Daniel García Blanco
En situaciones de emergencia surge la solidaridad y se generan iniciativas que refuerzan la acción comunitaria. Estamos viviendo tiempos convulsos para la salud comunitaria en los que nacen multitud de iniciativas de apoyo entre personas de nuestros barrios y pueblos para que nadie quede atrás. Unas proceden del tejido ciudadano, otras del ámbito profesional, de las administraciones y organizaciones. La aportación desde cada uno de estos ámbitos es fundamental, pero para que de verdad puedan mejorar las condiciones de vida y que nadie quede en el abandono debemos ser capaces de articular una acción comunitaria conjunta. Por ello es clave plantearnos cómo reforzar los vínculos, la cohesión social y cómo nos cuidamos, tratando de colaborar con otras personas y colectivos para abordar las situaciones de exclusión, dar soporte frente a la precariedad y quienes están en mayores dificultades.
En un escenario de emergencia y movilización es clave potenciar las capacidades y habilidades de acción individual y colectiva para que conduzcan a una promoción efectiva de la salud y el bienestar.
En el abordaje de situaciones de emergencia a través de procesos comunitarios es muy importante responder a cuatro preguntas sobre lo que hacemos:
- ¿es equitativo?
- ¿es efectivo?
- ¿es seguro?
- ¿es viable y evaluable?
También es importante tener una mirada organizativa y adaptar a cada realidad concreta las etapas de un ciclo comunitario. Esto nos ayudará.
1. Acción comunitaria
La acción comunitaria es la dinamización de las relaciones de cooperación entre las personas y grupos de un determinado ámbito o espacio de convivencia. Con ella se busca mejorar las condiciones de vida, reforzar los vínculos sin abandonar a nadie y promover las capacidades de acción individual y colectiva.
Una clave de la acción comunitaria es encontrar un punto de encuentro y movilización que favorezca la implicación conjunta de administración, recursos técnicos y ciudadanía, incluyendo toda la diversidad posible de sectores dentro de cada uno de estos ámbitos.
Para trabajar con un enfoque de acción comunitaria en situaciones de emergencia podemos reflexionar sobre:
- ¿Qué podemos hacer con los recursos disponibles en clave de equidad y efectividad?
- ¿Qué debemos hacer? (Siguiendo las recomendaciones)
- ¿Cómo canalizamos y nos sumamos a las redes de participación ciudadana y solidaridad para conseguir no dejar a nadie atrás?
2. Nos cuidamos
Para cuidar y cuidarnos, es importante:
- Apoyarse en los vínculos fuertes y en los grupos y relaciones que ya existen.
- Colaborar en espacios formales e informales.
- Reconocer los diferentes saberes necesarios para una acción comunitaria: saber académico, saber profesional, saber experiencial y ciudadano.
- Capacitar – orientar a personas y grupos.
- Facilitar la tarea en equipo:
- Respeto
- Voluntad colaborativa
- Responsabilidad
- Confianza
- Afrontamiento de conflictos
- Transparencia
3. Habilidades
- Conexión virtual y presencial en los casos y condiciones en los que esta sea imprescindible (siguiendo las recomendaciones)
- Escucha y empatía
- Flexibilidad
- Creatividad
- Comunicación entre las personas implicadas y con la comunidad
- Valoración – evaluación de equidad y efectividad
4. Mirada organizativa para actuar
- Comunidad-Barrio-Pueblo:
La clave es que hay personas del barrio o pueblo que pueden necesitar algo y también hay personas o grupos que pueden ofrecerlo.
- Red o redes de apoyo:
Recuerda que pueden existir redes previas, hay que crear solo lo imprescindible.
- Participantes sensibilizados:
Personas del barrio o pueblo que están predispuestas o participando ya en procesos comunitarios. Cuenta con ellas o súmate.
- Personas clave:
Aquellas que por sus capacidades, talentos y conocimiento de las diferentes realidades del barrio o pueblo, pueden jugar un papel clave en el desarrollo de las acciones.
- Equipo motor:
Dentro del proceso comunitario, personas que dinamizan, coordinan, gestionan, organizan, comunican, escuchan.
5. Ciclo comunitario
Iniciando el proceso
“El baile ha comenzado antes de que lleguemos”
- Revisar qué es lo que nos motiva para ponernos en marcha
- Explorar si ya hay otras iniciativas y conectar con ellas
Haciendo equipo
“Para multiplicar hay que sumar”
- Identificar el tema de acción. Ejemplo: “apoyo a personas que viven solas”
- Definir responsabilidades dentro del equipo
- Diseñar el modo de funcionar
- Clarificar manejo de disensos y consensos
Explorando la comunidad
“Esto es lo que hay, nuestros problemas y nuestras riquezas”
Recopilar datos y recursos existentes, necesidades, estrategias de resistencia frente a las dificultades y activos o factores capaces de mantener, generar, fortalecer la salud o el bienestar y son señalados por la población.
Se trata de recuperar la información que haya disponible, tanto en bases de datos e informes como a partir de informantes clave que conozcan las diferentes realidades del territorio. Debe hacerse de manera ágil para que ayude a clarificar prioridades, identificar recursos y activos comunitarios y definir un plan de actuación.
Actuando y evaluando
“Actuar para mejorar la realidad y valorar si realmente está mejorando”
Se recomienda:
- Promover la implicación real de diferentes sectores de la administración, recursos técnicos y ciudadanía
- Difundir de la iniciativa al conjunto de la comunidad
- Distribuir el plan de acción a todas las personas implicadas
- Identificar cambios organizativos necesarios para desarrollar las acciones
- Asignar los recursos necesarios para el desarrollo de las acciones
- Fijar mecanismos y calendario de seguimiento de las acciones
- Evaluar, monitorizar, valorar los resultados y los procesos de acción comunitaria.
