El primer espacio de lucha contra la extrema pobreza es allí donde se vive, donde afecta directamente a las personas en todas las dimensiones de sus vidas, en sus casas y en sus barrios.
Somos conscientes del efecto de «selección» que se produce en la mayor parte de las iniciativas de lucha contra la exclusión y la extrema pobreza, que supone que poco a poco las personas más dinámicas, con quiénes es más fácil trabajar, son quienes terminan centrando los esfuerzos de las instituciones y organizaciones, determinando sus programas. Sin una continua voluntad para reestructurar los proyectos y verificar que se llega hasta las personas más abandonadas, probablemente estas sigan quedándose fuera.
Por eso, de manera regular, ATD Cuarto Mundo realiza labores de prospección para identificar algunos de los lugares, personas y comunidades más relegadas o que viven de manera más grave la extrema pobreza.
Así, en 2019-2020, un grupo de seis personas analizó informes, noticias de prensa, visitó iniciativas, proyectos, personas comprometidas y lugares significativos en Madrid respecto a la extrema pobreza. De manera sistemática recorrieron diferentes zonas; Coslada, Villaverde Bajo, San Cristóbal, Plata y Castañar, Fuenlabrada, Parla, la Cañada Real, San Blas. El objetivo era tener una visión de la evolución de las condiciones de vida de las comunidades empobrecidas, de las distintas iniciativas, proyectos e intervenciones públicas, así como de los lugares más vacíos y abandonados.
Fruto de esta iniciativa se apostó por una presencia activa en Parla desde junio de 2020, colaborando en varias iniciativas de formación y de acción directa con personas y colectivos que ya luchan por cambiar la situación de dificultad de acceso a la vivienda, los servicios públicos, la atención social o sanitaria, o el abandono escolar. A pesar de la importante movilización de colectivos como la PAH, asociaciones juveniles como Vértice, asociaciones culturales como Tierra y Cultura, colectivos como CREP (Colectivo de Renovación Pedagógica), Parla Cuida u otras instituciones locales o nacionales, la precariedad, el hacinamiento y la falta de seguridad y derechos de las personas y familias, continúa.
Es importante garantizar que nadie se queda atrás, poner los medios para caminar los espacios olvidados y salir al encuentro de quienes viven relegados y sin derechos. Queremos sumarnos a ellos en sus luchas, cambiar la situación y mejorar como sociedad. Es un trabajo lento, de caminar, de estar en la calle, con las manos vacías y sin grandes proyectos, sin convenios institucionales, con un espíritu de encuentro y colaboración con quienes ya actúan desde hace años en Parla y con la convicción de que sin la inteligencia de las personas en situación de pobreza no se podrán crear iniciativas sostenibles que erradiquen la extrema pobreza.
En breve podremos contar más de los frutos de esta movilización.