El grupo Encuentro lucha cada semana del año contra la soledad, contra el aislamiento, contra la falta de ocio, de medios y de relaciones que sufren quienes viven durante muchos años la extrema pobreza y la exclusión social. Cada semana nos reunimos con un café, una salida al cine, una reflexión sobre la sociedad y lo que vivimos. El objetivo es encontrarnos sin juzgarnos, escuchar, pensar, opinar y, sobre todo, contribuir con nuestra experiencia a cambiar las cosas. Convivimos y nos encontramos sin tener que silenciar la experiencia de exclusión y pobreza, oponiéndonos así a una sociedad que excluye y aísla, encontrándonos y haciendo que nuestra voz se oiga.

Lo hemos hablado muchas veces, con muchas palabras diferentes, con gritos o silencios largos: la falta de medios y la discriminación hacen que la ciudad termine siendo un lugar donde no eres una persona bienvenida, ni en el museo, ni en el bar, ni en el supermercado. Así, se van reduciendo los sitios en los que podemos estar sin sentimos juzgados. La persona pobre no es bienvenida en ningún sitio. No se puede descansar de ser pobre. Para eso no hay vacaciones.

La rutina de la pobreza y de los problemas se instala y va machacando los días uno tras otro. Se hace necesario descansar, salir de la rueda de dificultades, dejar de pensar en lo que nos limita, lo que nos angustia, lo que no se resuelve…

Por eso el grupo Encuentro intentamos regularmente salir de vacaciones, ir a un lugar bonito, disfrutar de una buena comida, de estar con personas que queremos y que nos respetan.

Las vacaciones y el descanso empiezan cuando somos capaces de romper la rutina de los problemas. El descanso está hecho de cosas sencillas, de tomar el sol de la tarde en un banco de piedra, mirar los pájaros, ver alguien se ríe, observar el huerto, darse un paseo, tomar algo en una terraza, visitar una ciudad, contemplar un paisaje…

Aunque esté todo organizado no siempre es fácil liberarse de los problemas cotidianos para poder salir y descansar. A veces es la salud lo que falla, una cita de última hora, o tantos y tantos obstáculos…

Este año nos hemos ido de nuevo al pueblo, a una casa rural solidaria con Cuarto Mundo, hemos disfrutado de la naturaleza, de una bienvenida sincera y sin juicios, de una buena comida, de salidas y descubrimientos, de estar juntos, de ver las estrellas, admirar las encinas, los toros, las Arribes del Duero, de montar en piragua, de jugar al parchís.

Otro año más hemos descansado y hemos vuelto a la rutina más frescos.

Otro año más, en grupo, en Encuentro, hemos tenido vacaciones por encima de nuestras dificultades.