Sobre derechos humanos no se puede pretender ser neutral, porque hablar de derechos humanos comporta inexorablemente defenderlos. Esta es una idea clave sobre la que apoyó Luis Jimena (ex presidente del Comité Europeo de Derechos Sociales) su discurso de investidura como doctor honoris causa en la Universidad de la Plata.
Un discurso del que hemos recogido las ideas que nos parecen claves para entender el papel de la Carta Social Europea como primer documento internacional en el que se reconoce, en su artículo 30, el derecho a la protección frente a la exclusión social y la pobreza. Porque como señala también el autor en otro momento del discurso, no debemos perder ni un segundo más en el debate de si este es un derecho fundamental o no. Sí que lo es.
Y tampoco hay que permitir que se diga que los derechos sociales son derechos de segunda categoría, al igual que hay que señalar que no son alérgicos a su garantía (incluida su justiciabilidad), ni son los únicos cuya efectividad implica un coste económico: ¿alguien se imagina que se suspendieran unas elecciones bajo la excusa del gasto que suponen? Es verdad que los derechos sociales necesitan que se invierta en ellos para que sean efectivos, pero también los dechos cívico-políticos.
¿O es que los derechos de los pobres son pobres derechos?