“Para hacer esculturas cojo cosas que veo por la calle
y que muchas veces están rechazadas,
que parece que no sirven, que no les das un significado.
Luego, cuando he proyectado en mi cabeza lo que quería hacer,
me he acordado de ellas y he ido a recuperarlas,
y al cogerlas han pasado a ser parte de las obras que he realizado,
han cogido un sentido.”
Antonio
Se acerca de nuevo el fin de año, y con él las fiestas navideñas que le acompañan. En estos momentos especiales queremos haceros presentes a todos y todas las que de alguna manera nos habéis acompañado y apoyado, a quienes hemos tenido la oportunidad de empezar a conocer a los largo de estos meses y también a quienes comparten nuestro camino desde hace más tiempo.
No podemos negar que la realidad que viven las familias en situación de pobreza y exclusión es tremendamente difícil en nuestro país, y la incertidumbre sobre su futuro es cada vez mayor. De hecho muchos de vosotros nos habéis preguntado cómo hacemos para poder mantener nuestro compromiso al lado de quienes lo están pasando peor en nuestras sociedades.
¿Cómo lo hacemos? Pues a través de la constatación de que al lado de todo el dolor, angustia y dificultades que estas personas y familias enfrentan, hay también un gran esfuerzo de resistencia y creatividad, una apuesta continua por conseguir salir adelante con dignidad, por poder cuidar de la gente cercana, por dar un paso adelante hacia un futuro en el que todos y todas puedan respirar libertad y justicia. La desesperanza es un lujo que quienes viven en la pobreza no pueden permitirse si quieren mantenerse en pie.
Esto, que puede sonar muy abstracto, se ve reflejado en muchos pequeños hechos. Las Bibliotecas de Calle que hemos puesto en marcha este curso son en ese sentido un espacio privilegiado en el que compartir esa sed de avanzar, de progresar a través de la cultura y el encuentro con otros.
Por ejemplo, ha sido emocionante descubrir la sorpresa de un niño que de primeras rechazaba leer un libro hasta que descubrió la rima que acompañaba a los poemas que contenía. Acto seguido, se aprendió uno de los poemas y comenzó a recitarlo a quienes encontraba en su camino, maravillado por el baile de las palabras. También nos impresionó el cuidado y la dedicación que ponía una madre al copiar un cuento que le había gustado, palabra a palabra en un par de cuartillas, para así podérselo leer a sus hijas mientras preparaba la cena e intentar contagiarlas su pasión por la lectura.
Pero quienes viven en la pobreza no sólo están ávidos de aprendizajes, sino que también tienen mucho que enseñarnos. Tienen un conocimiento y una reflexión propia sobre el mundo, aunque generalmente no es reconocido. Su lucha no es sólo para apaciguar el hambre física, sino que el hambre de comprensión de la realidad les empuja a desarrollar iniciativas artísticas realmente sorprendentes. En un encuentro entre personas que viven en condiciones difíciles y que han encontrado en la escultura y el dibujo vías de expresión y reconocimiento del mundo, uno de ellos decía: “El mundo es complejo, y yo quiero comprenderlo. Por eso, cuando me viene una idea a la cabeza y consigo plasmarla a través de una escultura, al ver ésta descubro de lo que soy capaz y lo que he conseguido comprender del mundo”. Otra de las participantes comentaba “Al yo ver lo que tú haces y ver tú lo que yo hago, de repente reconocemos lo que tenemos en común, que es mucho más de lo que pensábamos. Y eso es lo bueno de la creatividad, que puede animar a otros también a ponerse en marcha, a luchar”.
Eso es precisamente lo que pretendemos, día a día, mes a mes, año a año. Generar un compromiso ciudadano de lucha contra la pobreza en el que la acción, la reflexión y la creatividad de quienes viven en la pobreza sea motor de transformación de nuestra sociedad. Y para ello seguiremos desarrollando acciones como las Bibliotecas de Calle, o la Universidad Popular, o el Cartón-Libro, con el convencimiento de que estas herramientas son generadoras de cambios personales y colectivos que serán la base para la construcción de una sociedad en la que nunca nadie más sea dejado de lado.
Para que esto sea posible, es necesario buscar la sostenibilidad de estos proyectos. Un sostenibilidad que tiene un componente económico (para hacer frente a los gastos de materiales, transporte, oficina, etc.) y otro componente humano, ya que el compromiso voluntario de todas las personas que se quieren unir a nuestra propuesta de lucha contra la extrema pobreza es una clave fundamental para poder avanzar juntos en esta línea.
Si estás animado a participar en esta corriente de compromiso y lucha contra la pobreza, hay muchas maneras de colaborar:
– Haciendo un donativo económico (en la medida de las posibilidades de cada quién, cualquier aportación es importante, sea de 5, 10, 20, 50 euros). Lo puedes hacer mediante transferencia a nuestra cuenta 2038.1053.99.6000954096, o también puedes hacerlo vía paypal.
– Colaborando activamente en alguno de los proyectos que desarrollamos (como animador de las preparaciones de la Universidad Popular, las Hojas de Hechos o las Bibliotecas de Calle, por ejemplo, y también en tareas de oficina como transcripción de textos y reuniones, etc.)
– Difundiendo nuestra propuesta de acción a quien creas que puede resultarle interesante.
Nuestros mejores deseos para estos días y para el año que comienza. Ojalá sea un año en el que consigamos dar pasos firmes para comprometernos juntos y de manera efectiva con las realidades de pobreza de nuestro mundo. Contamos para ello con vuestro apoyo.